Gaztegiro 13/14







Por Somorrostro cada curso pasan cientos y cientos de estudiantes. Algunos académicamente sobresalientes y otros a los que los estudios les cuestan más, pero que, con el esfuerzo de todos, van saliendo adelante.

Pero en este espacio, #GAZTEGIRO, queremos destacar a aquellos estudiantes del Centro que sobresalen en otras áreas de la cultura, diferentes a la estrictamente académica. Aquí os vamos a ir presentando periódicamente a los estudiantes que van a formar parte de este área:


7 de mayo de 2014

"Iron Mikel"



Mikel Loizaga Rodríguez tiene 18 años, es de Zorroza y actualmente estudia Educación y Control Ambiental en nuestro Centro. Amante del deporte en general , hasta hace poco más de un año había probado un poquito de todo, fútbol, bici, moto,…pero la rutina, y el empujón de un buen amigo,  le hicieron decidirse por dar el salto al duro y apasionante mundo del triathlón.

Compite  desde hace un año a nivel amateur. En la actual temporada ha ganado cinco de los seis duathlones en los que ha participado, con lo que se ha proclamado campeón de Euskadi junior (y octavo a nivel absoluto). Ahora comienza la temporada de triathlones. El año pasado termino cuatro: Bermeo, Deba, Lekeitio y Donosti, y de momento, en estos últimos días ha conseguido un segundo puesto en el de Bermeo. Todo un éxito.



Durante algo más de una hora, Mikel hace un recorrido que al resto de los mortales nos dejaría para el arrastre en el improbable caso de que lo completáramos: 750 metros nadando, 20Km en bicicleta y 5Km corriendo. Este “paseíllo” es lo que se conoce como triathlon “Spring”. Cuando las pruebas son de la modalidad triathlon “Olimpic”, el recorrido es el doble….en cada una de ellas.

La dureza de este deporte le exige entrenar seis  días a la semana combinando cada día dos especialidades. De momento es un autodidacta, es decir,  lo hace sin entrenador, aunque espera que uno de los cuatro amigos con los que fundó el club de triathlon de Zorroza, se convierta pronto en su entrenador.



El año próximo cambiará de categoría y empezará a hacer medios “Iron-man”. Esta modalidad implica, 4Km. nadando, 180Km. pedaleando y una “pequeña” maratón de 42Km. Una vez llegue a la sub 23, Mikel apunta alto, tiene puesto su objetivo en la final de Hawai, a la que, por supuesto, solo llegan los mejores de cada nivel.

En estos momentos Mikel carece de sponsor. La bici, la ropa, los desplazamientos, las inscripciones a las pruebas, todo supone un elevado coste económico que no es fácil de justificar en casa. Aun así, su familia le anima, le apoya y le acompaña  a todas las pruebas.



Además de todo esto, Mikel realiza un esfuerzo extra para estar al día en sus estudios de Control Ambiental. Afortunadamente va muy bien y eso supone una motivación más. Le habría gustado estudiar Educación Física pero no pudo ser y ahora está muy a gusto en el ciclo de Educación Ambiental, pero en un futuro lo que le gustaría es  ser bombero.

En clase no presume de logros, solo comparte sus éxitos con los más cercanos, todos le felicitan pero es innegable que la liga de fútbol siempre tiene más protagonismo que el triathlon y las carreras populares. Algún día, si se cumple su sueño de ser olímpico, quizá muchos recuerden que fue su compañero de pupitre.

Todo un “Iron man”

Si queréis conocer más sobre Mikel podéis visitar su blog o su perfil de facebook.



21 de enero de 2014

"Buscando la ola perfecta"


 

Lander Sánchez estudia desde este curso en Somorrostro, más concretamente en el CFGS de Educación y Control Ambiental. Le gusta la naturaleza, el medioambiente,...pero especialmente el mar, las olas y como no, el surf, su pasión.




Lander hizo un cursillo de surf en el colegio a la temprana edad de 8 años, a partir de ahí, y gracias a un primo que le metió el gusanillo de coger olas en el cuerpo, se buscó un entrenador y comenzó a recorrer los mares en pos de su pasión. Ha surfeado por Mundaka, Zarautz y las playas cántabras más bravas. Le ha tomado la medida a las olas atlánticas desde Capbretón, (Francia), y acaba de llegar de Marruecos, uno de los mejores destinos de surf a nivel mundial. Aún le queda coger olas en el Pacífico, así que en Abril, ya tiene concretado un viajecito a Panamá.



Campeón de Bizkaia en 2011 y tercero en el campeonato de Euskadi de 2013, ha participado en diferentes pruebas del “King of the Groms" organizado por Quick Silver y ha hecho el circuito vasco los dos últimos años. Todo esto no es gratuito, así que Lander compagina sus estudios de Grado Superior con las clases que imparte en la escuela de surf de la playa La Arena, “Erauntsi surf Eskola”. Estas  clases, unidas a las aportaciones de sus patrocinadores, ALDER (ropa de surf), y CHONIX, (tablas), y la más reciente, la cadena de tiendas de ropa surf “Deep surf shops”, le permiten financiar su hobby.



Lander sale del colegio y se va directamente a entrenar, coger olas exige una preparación física y mental excelente y el entrenamiento ha de ser duro. Hace yoga, crossfit, estiramientos….Eso sí, él está muy orgulloso de sí mismo, porque todo lo que ha conseguido en este mundillo tan exclusivo, ha sido a base de trabajo, esfuerzo y tesón. Su sueño es vivir del surf y para ello se prepara. Es consciente de las dificultades que entraña porque los circuitos profesionales son muy elitistas. Pero él ya ha surfeado con grandes estrellas como Eneko Acero y sabe que hay toda clase de oportunidades, trabajar como monitor, mejor si es en su propia escuela de surf,  como “free-surfer”….

El surf, para Lander, algo más que un deporte, la fusión entre el hombre y el océano, toda una filosofía de vida. Lander, su tabla, la gran ola….la conexión perfecta.




¿Quieres ver a Lander surfear en Marruecos?. No te pierdas este pequeño vídeo, es espectacular:





Si te apetece ver más fotos de Lander puedes seguirle en instagram (@lands_sanchez) o en facebook (lander Sanchez)




12 de noviembre de 2013

"Sandro y Constantín, enrocados al ajedrez"



La relación de Sandro y Constantín con el ajedrez comenzó a los seis años, “entonces sólo movíamos las piezas”. Inicialmente jugaban contra su padre. Posteriormente llegaron los piques entre hermanos y el tablero de ajedrez se convirtió en el juguete preferido de estos dos hermanos. Con el tiempo, las partidas cambiaron de escenario y el ordenador se convirtió en su terreno de juego.




La afición por este deporte les llega de familia. Su abuelo era georgiano, y en su etapa universitaria, ganó en una partida amistosa a la campeona del mundo que era de la URSS. La abuela de los hermanos ajedrecista era española y con la Guerra Civil fue de los niños y niñas que abandonaron el país y que fueron recogidos en la antigua Unión Soviética. Allí se conocieron.




Las partidas de ajedrez finalizan con un gesto habitual entre los participantes: el perdedor, da la mano al contrincante y le da la enhorabuena; el que gana, da la mano y reconoce el nivel del rival con un “bien jugado”. Sandro y Constantín aclaran que si juegan en contra, “no hay ni enhorabuena, ni se dan la mano. La reacción es distinta porque somos hermanos”. Esta situación se ha dado en cuatro torneos. Sandro reconoce que “Constantín ha ganado todas; en cambio cuando jugamos en casa la cosa está más igualada”.



En el palmarés de estos hermanos, Constantín es subcampeón de Bizkaia en individual y tercero en Euskadi; Sandro se conforma, por el momento, con ser noveno de Bizkaia. Por equipos, lograron el Campeonato de Bizkaia. No son los únicos trofeos que tienen sus vitrinas. “Competimos en Medina de Pomar y el primer año nos repartimos los dos primeros puestos; en el segundo a Constantín le subieron dos categorías y quedó primero; y yo segundo”, señala Sandro, quien asegura que “la balanza de trofeos está igualada al cincuenta por ciento, porque si uno que da primero, el otro segundo, y al revés”.



En el Campeonato del Mundo celebrado en la Alhondiga, Sandro perdió contra el campeón de Bizkaia, Adrián Martínez. Para el joven ajedrecista es uno de los momentos que guarda entre sus recuerdos. “Estar sentado en la silla del campeón del mundo, con un asistente que te preguntaba si querías café o coca cola”.

A pesar de ser rivales en el tablero, no existe esa pugna entre los hermanos en los estudios. A Constantín le van un poco mejor los estudios ya que su hermano Sandro suspendió euskera e inglés. En el terreno académico, Constantín le saca la cara a su hermano, “Sandro va de macarra y, por su aspecto, todo el mundo piensa que no va a ganar nada, pero con las piezas delante no es así”. Tanto Sandro como Constantín señalan que “al ser el ajedrez un deporte muy disciplinado, esto les ha ayudado mucho sobre todo en matemáticas, ya que estamos obligados a agilizar la memoria y en ocasiones buscamos soluciones alternativas cuando no sabemos resolver un ejercicio tal y como nos ha dicho el profesor”.


En clase prefieren estar juntos porque se ayudan mucho el uno al otro. Tienen amigos comunes pero no hacen todo juntos. “Sandro es más de calle, y yo soy más casero”, concluye Constantín.
Como sucede en otros deportes, Sandro y Constantín también entrenan. Lo hacen con el Sestao Xake Taldea situado en el Polideportivo de Las Llanas. “Entrenamos cinco horas a la semana. Juan Vigueira es nuestro entrenador y además de esas horas, Juan instruye a los hermanos de forma individualizada: dos horas a Constantín y otra con Sandro”.



El conocimiento mutuo entre los hermanos es un arma que tanto Constantín como  Sandro han utilizado en alguna ocasión, “a veces uno sabe el movimiento que va a hacer el otro y sólo con un gesto saben qué está pensando”. Los piques son habituales hasta en las partidas que disputan en casa; Constantín asegura que “aita siempre le ha ayudado a Sandro y esto es motivo de bronca”. Los enfados también aparecieron en el momento de levantar la copa de ganadores por equipos, sólo la puede levantar el capitán –que era Constantín- pero Sandro reconoce que se enfadó muchísimo en aquella ocasión.


Aunque su prioridad son los estudios, el sueño de Constantín es el de levantarse de la silla del campeón con el título de ser el mejor del mundo. Sandro es menos idealista y se conforma con ir poco a poco y seguir disfrutando entre peones, torres y caballos.




9 de octubre de 2013

"Entre el ring y el tablero"


IÑIGO ALVAREZ es un alumno de 1º de Bachillerato que no tiene aspecto de boxeador. Tímido, reservado, de apariencia reposada aderezada por un físico que rompe ese silencio con un cuerpo fornido que sobrepasa los 180 cm de altura. Su mirada transmite sosiego, más parece un ajedrecista que un boxeador.

Mi primera impresión  no es un disparate; este sestaotarra de 16 años, boxeador aficionado, ha sido también ajedrecista desde niño. Cuando tenía 13 años soñaba con jugar al rugby, pero en un su pueblo no había suficientes aficionados a este deporte como para formar un equipo, así que, tras un fortuito encuentro digital con Cassius Marcellus Clay, el gran Muhammad Ali, sintió las punzadas de la curiosidad por el baile con guantes.

Su madre no recibió la noticia con mucha ilusión, pero su padre le animó a dar el paso, e inmediatamente se plantó en el polideportivo de su pueblo dispuesto a dejar claro que bajo esa figura de chico imperturbable se encontraba un hábil competidor. “En el boxeo es tan importante la agilidad y la destreza mental como la fuerza física. Un boxeador rápido puede tumbar a cualquiera” afirma cuando le preguntamos las cualidades que hay que tener para dedicarse a este deporte. En pocas ocasiones se hace tan factible la historia de David y Goliat.


Iñigo nunca llegó a competir de manera profesional, “para ser profesional hacen falta muchos años de entrenamiento”, pero aprendió mucho en la escuela de boxeo, donde su entrenador les enseñaba todo lo necesario para empezar a boxear sin peligro de hacerse daño. No tiene para olvidar el primer directo que recibió, aunque confiesa que “no fue para tanto y que los inicios son difíciles, ya que los entrenamientos en el boxeo son muy importantes y hay que hacer un calentamiento muy duro para evitar dañarte las muñecas y lesionarte las piernas. Además, hay que trabajar la posición, no es igual para un zurdo que para un diestro y no se debe separar el codo del hígado para no desproteger las costillas. Nunca olvidas el momento en el que te dan las vendas, lo más importante para un boxeador”.


El poco tiempo del que dispone y la cantidad de horas de entrenamiento que exige el boxeo le han impedido continuar en un deporte que él mismo califica como interesante, noble y en el que una buena táctica es fundamental:  “la gente debe acercarse más al mundo del boxeo ya que tiene una idea equivocada de este deporte. No es la violencia, sino la estrategia, la cualidad más importante para un boxeador”.


La estrategia es, precisamente, la cualidad más importante del otro deporte al que Iñigo entrega su tiempo libre: el ajedrez. Desde los 8 años ha estado compitiendo de forma individual y por equipos. Un gran tablero de ajedrez que se veía desde la ventana del polideportivo de su pueblo le tenía ensimismado. Un día decidió dar el paso y apuntarse. Desde entonces ha estado varios años pensando, inventando jugadas, imaginando el próximo movimiento del rival y sintiendo la presión de tener que ganar cuando jugaba en equipo. Su profesor de ajedrez se convirtió en uno de los mayores referentes de su vida, tanto a nivel profesional como personal, aunque a veces “cuando las clases eran aburridas, otro compañero y yo nos escapábamos sin que nos viesen”.


Hoy no compite, pero está pensando en volver a los tableros. Seguro que pronto le veremos en algún torneo del colegio exhibiendo su maestría en este histórico juego.


Iñigo Álvarez, un todoterreno que persiguiendo un sueño encontró dos aficiones que marcarían sus años de adolescencia., por cierto Iñigo, ¿has oído hablar del chess-boxing?..........

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